Una de las dificultades que afronta nuestro planeta es la inseguridad alimentaria que afecta a las personas de escasos recursos económicos, que no logran cubrir sus necesidades básicas. Esta problemática ha permitido una mayor apertura a buscar alternativas en la alimentación y por eso, los animales que anteriormente se consideraban no aptos para el consumo humano, hoy se están incorporando en la dieta cotidiana. Este tabú, si se quiere llamar así, realmente es una idea muy arraigada en países modernos y de primer orden. Muchas naciones y culturas de diferentes puntos cardinales del planeta, han incluido desde tiempos ancestrales, el consumo en su dieta de insectos y otras especies como una forma rica en proteína y como un sustituto de carnes tradicionales como el ganado vacuno, los ovinos, los cerdos e incluso las aves de corral.
Al consumo de insectos se le conoce como entomofagia, y ha ganado fuerza no sólo entre las personas y comunidades que buscan opciones alimentarias alternativas, innovadoras y ecológicas; sino también entre los empresarios que ven el potencial de negocios rentables en una nueva industria de los insectos para el consumo humano.
Los insectos comestibles ofrecen una amplia gama de beneficios nutricionales, lo que los convierte en una opción muy llamativa para aquellos que se preocupan por su salud. Un ejemplo de esto son los conocidos grillos, que son uno de los insectos más consumidos, ya que son ricos en proteínas, vitaminas, minerales y grasas saludables. También son bajos en calorías y colesterol. Estudios que se han hecho de estos insectos, han demostrado que contienen hasta tres veces la cantidad de proteína que se encuentra en la carne de res, lo que los convierte en una excelente fuente de proteínas de alta calidad.
Pasando a la faceta relacionada con el impacto ambiental, el aumento del consumo de insectos comestibles tiene un menor impacto comparado con los animales de granja (vacas, ovejas, cerdos, gallinas,etc). Los insectos requieren menos espacio, agua y alimento para producir la misma cantidad de proteínas que el ganado tradicional. Por ejemplo, se necesitan aproximadamente 2.000 litros de agua para producir sólo un kilogramo de carne vacuno, mientras que con sólo un litro de agua se puede producir la misma cantidad de grillos. Otro de los beneficios sustanciales de los insectos es que emiten muchos menos gases de efecto invernadero y contribuyen menos a la deforestación en comparación con la ganadería.
El consumo de insectos comestibles no sólo es una práctica nutritiva y sostenible también permite una gran versatilidad en su uso culinario. Los insectos pueden servirse en diferentes preparaciones y estar en una entrada hasta ser parte de un postre o golosina. Por ejemplo, hay quienes asan los grillos para usarlos como aderezo en la ensalada o agregándolos a salteados para darles un toque diferente y original. Un producto muy utilizado para el sector panadero es la harina hecha a partir de gusanos, también se le da un uso para la fabricación de barras energéticas ricas en proteínas.
La creciente demanda de los consumidores de fuentes de proteínas alternativas ha creado un “océano azul” para el negocio de los insectos comestibles. Según un informe de Global Market Insights, se prevé que el mercado mundial de insectos comestibles supere los 1.500 millones de dólares en 2026. Esto representa una oportunidad ideal para que los empresarios aprovechen la tendencia creciente y establezcan negocios rentables en la industria de los insectos comestibles.
En América Latina, tenemos una asociación liderada por México, uno de los países conocidos en el continente por su gran apertura al consumo y a la incorporación de insectos dentro de su cultura gastronómica. A esta iniciativa se le conoce como APICAL y reúne a todos aquellos emprendedores que están incursionando en la revolución alimentaria protagonizada por los insectos comestibles. Dentro de esta asociación ya se cuenta con la presencia de empresas de países latinoamericanos como: Argentina, Brasil, Chile, Colombia, Costa Rica, Cuba, Ecuador, Guatemala, México, Perú, Uruguay y Venezuela.
Puedes ingresar a la página de Apical aquí.
Ahora queremos conocer tu opinión, ¿Crees que podrías incorporar estos nuevos alimentos a tu dieta? ¿Te gustaría emprender en este negocio que revolucionará la forma de alimentarse en este nuevo siglo?