¡Por fin, una empresa de teléfonos móviles que se preocupa por el consumidor y su bolsillo! El turno de esta semana es para “Fairphone”, una empresa nacida en Países Bajos, dedicada al desarrollo de teléfonos móviles que tienen la posibilidad de ser reparados para que su vida útil sea mucho más larga.
Fairphone es una startup de Países Bajos que aplica a la perfección los principios de Economía Circular. Esta innovadora empresa de tecnología desarrolla teléfonos inteligentes, éticos y reparables. Obtienen materiales libres de conflictos y garantizan condiciones de trabajo justas en toda su cadena de suministro. Pero lo que hace destacar a Fairphone de cualquier otra empresa dentro de su categoría, es su compromiso con la longevidad y el acceso a la reparación de sus dispositivos; bien sea por la mano técnica o por el mismo usuario a través de las guías que la misma empresa libera. Esto pareciera algo sin importancia pero hay que señalar que la mayoría de los competidores en el mercado tecnológico, operan bajo la premisa de “obsolescencia programada”*. Esto no es más que una estrategia poco ética a la que recurren las grandes empresas para que los usuarios se vean obligados a desechar sus electrodomésticos después de un corto tiempo de uso. Por ejemplo: Apple, cada vez más reduce la vida útil de sus teléfonos y obliga “disimuladamente” a los consumidores de su marca, a pagar mucho antes de tiempo, por teléfonos nuevos, más costosos y con mejoras incipientes.
Fairphone diseña sus teléfonos inteligentes para que sean modulares, lo que permite a los usuarios reemplazar fácilmente componentes individuales como la batería o la cámara. Esta estrategia por la que ha optado la empresa, extiende la vida útil del dispositivo y reduce los desechos electrónicos. Fairphone también proporciona guías de reparación y repuestos, lo que permite a los usuarios arreglar sus teléfonos en lugar de tener que desecharlos o reemplazarlos. Al desafiar la cultura del descarte de la industria electrónica, Fairphone demuestra que los teléfonos inteligentes pueden ser sustentables y fáciles de usar.
Nos encantan estas ideas porque claramente son un buen ejemplo de que la tecnología no tiene que entrar en conflicto con el Medio Ambiente. Sabemos que cada año se producen toneladas de desechos electrónicos que se pueden empezar a reducir si las empresas líderes en estos mercados, adoptan políticas más responsables no solo con el Medio Ambiente sino de cara al consumidor.
Según datos de las Naciones Unidas, para un estudio del consumo del año 2022, “los humanos generamos 62 millones de toneladas de desechos electrónicos, el equivalente a un millón y medio de camiones que, puestos en fila, darían la vuelta al mundo por el Ecuador”.
Otro dato muy importante que nos regala este estudio: “Menos de una cuarta parte (22,3%) de los residuos electrónicos fueron reciclados adecuadamente en 2022, dejando 62 millones de toneladas de recursos naturales recuperables sin contabilizar y aumentando los riesgos de contaminación”.
y cerramos con esta cifra que es verdaderamente preocupante y nos pone a pensar que debemos cuanto antes, actuar frente al manejo de los desechos electrónicos: 31 millones de toneladas: Peso estimado de los metales incrustados en los residuos electrónicos en 2022, junto con 17 millones de toneladas de plásticos y 14 millones de toneladas de otros materiales (minerales, vidrio, materiales compuestos, etc).
Cuéntanos si estarías dispuesto a cambiar tu teléfono por uno más duraredo y con posibilidad de reparación para alargar su vida útil y evitar tanta contaminación.
Puedes leer el artículo completo de Naciones Unidas en este enlace:
https://news.un.org/es/story/2024/03/1528476#:~:text=31%20millones%20de%20toneladas%3A%20Peso,%2C%20materiales%20compuestos%2C%20etc.)
Obsolescencia programada*: es la acción intencional que hacen los fabricantes para que los productos dejen de servir en un tiempo determinado. Es normal que los productos se desgasten y poco a poco terminen su vida útil, pero en este caso se trata de una falla planeada.